Varios

1- El pasado no debe anularse ni olvidarse, porque sus acontecimientos siguen en estado latente esperando la oportunidad de ser sanados y transmutados.
Cuanto más tiempo permanezcan en la inconsciencia, más energía potencial acumulan y más fuerte será el modo de manifestarse para ser vistos y resueltos.
Durante la vida el inconsciente lo guarda y pasa de una vida a otra en forma de semilla. Cuando sea el momento apropiado o la energía no pueda contenerse más dentro de sus propios límites, germina y fructifica o explota.
Por el contrario, el recuerdo permanente, el rencor o culpa no resueltos, incrementan el sufrimiento y autocastigo en el presente. Puede agotarse en el transcurso de la vida, pero es una vida muy amarga.
También se heredan culpas de los ancestros.


2- La fama es un sustituto de la inmortalidad.
Quien no cree en la inmortalidad de su alma (o a su ego no le alcanza), busca la “inmortalidad” falsa, efímera, de permanecer en la memoria ajena, que desaparece al desaparecer la mente o sus recuerdos.
Puede durar años o siglos, más o menos tergiversada en la historia humana, en tradición oral, escrita o en soporte tecnológico, pero acabará desapareciendo. Incluso puede ser un estorbo en el plano del alma, si el
“protagonista” de los eventos no ha logrado desprenderse después de su muerte y en sucesivos planos evolutivos, de las falsedades y manipulaciones de su historia.


3- La culpa de la creación errada y dolorosa.
Absorber la proyección propia anterior como la inspiración del creador de la experiencia.
Analizar causas y consecuencias de esa creación y cómo perfeccionarla.
Proyección nueva, la realidad perfeccionada como la exhalación del creador.
Inhalación, retención, exhalación, replicando el proceso cósmico.
La nueva creación personal.


4- No todo despierto está loco, no todo loco está despierto, pero la distancia entre la locura y el despertar es casi inexistente y puede diluirse.
Qué es la iluminación sino un exceso de energía que quema los circuitos y la información grabada en la memoria, y la activación de nuevos circuitos y memoria a un nivel más profundo y elevado.


5- En la relación con otro se unen dos sistemas: uno negativo y otro positivo (cada miembro de la relación aporta su parte de ambas polaridades), para crear un tercero neutro en una dimensión sutil.
Toda relación procrea sus “hijos”, resultado de la fusión de ambas energías.
En este plano lo negativo suele tener más fuerza. Si gana lo positivo se trasciende la dualidad ordinaria, la que conocemos y prevalece en nuestra existencia humana. Por eso trabajamos a favor de la neutralidad positiva, para superar la negatividad.


6- Las energías discordantes no solo ingresan desde afuera, también afloran desde adentro, mostrándonos lo que aún falta por sanar, muchas veces olvidado.
Responsabilidad en vez de culpa o rencor.
Acontecimientos externos que son muestra de lo que aún no hemos resuelto en nosotros, en nuestra realidad.
Hace falta discernimiento, confianza, amor.
Como si una pala excavadora penetrara profundamente para sacar a la superficie lo olvidado, negado, temido.
No se trata de autocomplacencia, sino de auto perdón y auto comprensión.
Así como colaboramos con la sanación de los demás desde el perdón y el amor, así también debe ser para nosotros mismos.


7- El juego es complejo y lleno de trampas, pero el que las descubre sale del juego y es respetado.
Pasa de esclavo a auto liberado.
Incluso los amos del juego lo envidian porque ya no necesita seguir jugando, ni como amo ni como esclavo, a menos que decidan regresar desde un nivel más elevado para ayudar a liberarlos a todos.
Cada vez hay más personas que están en condiciones de liberarse, pero también hay más esclavos.


8- No es el miedo lo que protege si no el amor.
La ilusión es creer que por temer por el bienestar de alguien o el propio habrá menos posibilidades de que suceda algo malo, más bien es al revés.
El miedo es un implante para debilitar. Quien teme se somete aunque reaccione para defenderse.
El amor es parte de la esencia y fortalece. Amor como energía creadora, no como sentimiento; el miedo es su opuesto destructor.
El amor protege cuando proviene de la esencia creadora, no del miedo a la pérdida.


9- Toda esta realidad es ficticia, creación conjunta donde somos víctimas y victimarios de nosotros mismos, al punto que hemos creado dioses crueles para que nos exijan sacrificios, para temerles, someternos, y someter y atemorizar con ellos.
El salto, el gran despertar, es ubicar la capacidad personal de creación, en el momento original de la creación global  que habitamos: la dualidad original. Y ahí elegir conscientemente el amor no por miedo al dolor, sino porque amor es la energía original previa a la dualidad.
Elegirlo porque Es Lo Que Es, no porque esté bien, es trascender la dualidad luego de haberla experimentado.
Energía de neutralidad positiva para no caer en la negatividad de que todo sea lo mismo antes de que todo sea amor.